Han pasado 3 generaciones desde que nuestros bisabuelos abrieran su primera carnicería, secando sus embutidos y jamones en pequeñas bodegas en casa. Desde entonces, hemos crecido para satisfacer las necesidades de la industria alimentaria más exigente, contando en la actualidad con la tecnología más avanzada y cumpliendo con los estándares más estrictos en calidad y seguridad alimentaria.